La publicidad exterior es una de las formas más útiles de anunciarse debido al gran número de personas por las que es recibida.
El día de hoy te contaremos su historia y cómo eran los primeros espectaculares.

La historia de las vallas publicitarias se remonta entre finales del siglo XVIII e inicios del siglo XIX, cuando se inventó la litografía, ya que esta tecnología ayudaría a que los carteles sobrevivieran a los cambios del clima.

La primera cartelera publicitaria apareció en 1835 cuando, Jared Bell inició una producción masiva para promover su circo en EUA.

 

Sin embargo, la primer gran valla publicitaria apareció hasta 1889. Un espectacular de 24 láminas usado durante la Exposición Universal de París. Este marcaría un antes y un después en la industria.

El auge de los espectaculares fue paralelo al de los automóviles. Con la aparición de Ford, las carreteras se convirtieron en puntos populares para anunciarse ya que los consumidores tenían cómo desplazarse.

Las primeras marcas anunciantes masivas en EUA fueron Palmolive, Coca – Cola, Kellogg’s entre otras.

En ese tiempo se creo una asociación que representaba a la industria, para tener especificaciones en las ubicaciones de estos y una estandarización en la medida de los espectaculares.

Por los años 20’s surgió la industria de la iluminación, que permitió crear anuncios luminosos más impactantes.

En 1929 se inauguró una de las vallas más icónicas en el mundo, el cartel de Hollywood.

Con el paso del tiempo las vallas publicitarias se fueron adaptando a nuevas realidades y formatos. Para los 60’s aparecieron los anuncios en los autobuses en Francia.

Poco a poco la popularidad de este tipo de publicidad se fue expandiendo a lo largo del mundo y con las tecnologías que van surgiendo se ha ido modernizando este formato hasta lo que conocemos hoy en día.

En 1990 con la tecnología digital los espectaculares pintados a mano fueron reemplazados por formatos en computadora. Y ya para los 2000’s llegaron al mundo las grandes pantallas led publicitarias, que, aunque en algunos lugares aún no cobran mucha popularidad, en otros como Time Square, son parte fundamental del entorno que los caracteriza, y en donde las marcas con más renombre se anuncian.